sábado, 26 de febrero de 2011

El señor de tez morena; cabello largo y negro camina por la calle inundada de carros, con un costal sobre el hombro produce un análisis en mi cabeza una búsqueda constante de respuestas que pretenden encontrar, inventar o divisar algún objeto de aquel saco. Pero por un segundo mi mente deja de pensar en ello y observa la boca del sujeto manchada de azul oscuro, una mancha que quedó de algún recuerdo. Con el cabello sucio, la mancha, la marcha de sus pies me llega una ligera inquietud.
Este personaje tan extraño me da la sensación de que ya había tenido un encuentro en el pasado con él que me lleva al recuerdo de un cuervo; el hombre cuervo con su cabello negro, con ropa desgastada por el uso constante de las plumas, la levedad de su ser. Pareciese que en cualquier momento podría volar, pero por ahora sólo lleva un costal.

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